Seguramente si buscás la estadística minuto a minuto de lo que pasa en el universo del fútbol te equivocaste de lugar. Crónicasdemetegol no tiene demasiadas pretensiones de verosimilitud y tampoco es el fin llevar una cuenta real de lo que pasa con la pelotita. Si querés ponerle un título, digamos que es un complemento a lo que viste ayer, hoy y verás mañana acerca del futbol nuestro de cada día.

Pasá y fijate.

QUE FANTASTICA FANTASTICA (NO ES) ESTA FIESTA

Eliminatorias Sudáfrica 2010 - fecha 13
ArgentinaunoColombiacero

El sábado me invitaron a una fiesta, pongámosle que en un hostel que queda por Núñez. Tipo tres de la tarde suena el teléfono:
- el tipo hace una fiesta de esas – dice un amigo – me regaló un par de entradas ¿vamos?
Y como no voy a ir, pienso. Este tipo que amamos y odiamos casi al mismo tiempo nos invita a su fiesta. Traje y corbata, zapatos lustrados, pañuelo en el bolsillo del saco, hasta galera me pongo mira lo que te digo. Van a estar todos, me vienen a la mente buenos recuerdos y creo que (en realidad estoy seguro) va a ser un lindo festejo.
En el lugar resulta que hay muchos extranjeros y niños, como yo lo sospechaba, no falta nadie. Charlo con los viejos amigos de siempre, ellos me cuentan un poco sus vidas, camino hasta la barra, dejo la galera en un costado y ahí me doy cuenta que no va a ser la gran noche.
Empiezo a mirar alrededor, pido algo para tomar y las cosas se empiezan a poner grises: la banda no ensayó lo suficiente (olvidate de algún cover de la filarmónica del Pep), la bebida realmente no está a punto, faltan minas y sobran huevos. Empiezo a tener frío, un poco de sueño, algo de fastidio. Un borracho me tira una caipirinha encima del traje y sigue bailando candombe, me dan ganas de putear y lo hago. Pruebo cambiando de lugar para tener otra óptica pero es difícil remarla, la verdad que esto ya es un garrón.
Casi sin darme cuenta sucede lo más importante, lo que todos vinimos a ver cuando nos llegó la invitación a nuestras manos. El tipo festeja un ratito, yo lo miro y levanto el dedo gordo: “está todo bien loco”.
No queda demasiado por esperar. Miro la hora a cada rato, realmente tengo ganas de irme a casa y mirar videitos del recuerdo en Youtube.
Por fin la cosa termina y está bien. Todos nos saludamos sin mirarnos a los ojos, algunos putean por lo bajo, otros se llaman a silencio y piensan en otras actividades. Yo me despido y me subo al 55.
Pero cuando llego a casa, todavía algo molesto, pienso en todas las fiestas a las que este tipo me invitó a cambio de nada, algunas inolvidables y siempre con él metido en el medio dejando el corazón para que todos nosotros seamos felices por un rato. Entonces, cuando ya es la hora de dormir, pienso en la próxima. Y definitivamente no puedo fallarle.

gERMAN fRANCO

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