Seguramente si buscás la estadística minuto a minuto de lo que pasa en el universo del fútbol te equivocaste de lugar. Crónicasdemetegol no tiene demasiadas pretensiones de verosimilitud y tampoco es el fin llevar una cuenta real de lo que pasa con la pelotita. Si querés ponerle un título, digamos que es un complemento a lo que viste ayer, hoy y verás mañana acerca del futbol nuestro de cada día.

Pasá y fijate.

LA SONRISA DE ROMAN

Clausura 2009 - fecha 14
BocadosArsenaluno

El domingo le sonrió al xeneize. No de manera amplia y relajada pero le sonrió. Ya desde el vestuario la vuelta de Paletta y, principalmente, de Riquelme hacían que el ingreso de Boca a la cancha estuviera teñido de confianza.
De hecho fue así, Boca se confió tanto que a los 6 minutos de juego los Gunners de Sarandí, se pusieron en ventaja: finta de Leguizamón, good bye Krupoviesa, pase corto y preciso para Matos, cañonazo al ángulo y a cobrar.
Después del impacto, Boca intentó tomar las riendas del partido y empezó a adelantar fichas en el tablero de juego. Su ancho de espadas se movía por todo el ancho de la cancha y las pedía todas, aunque la falta de fútbol le pasó factura, sobre todo, a la hora de aguantar la marca de espaldas. El juez no sancionó una falta a Figueroa en el área pero le dió el Abal en otra. Desde los doce pasos la escena era a pedir de Román pero Campestrini no lo entendió así y, como malo de la película, detuvo el penal.
Pero el domingo le sonrió al xeneize. Le sonrió porque a los 24 minutos triangularon Figueroa, Gracian y Chávez para que el propio Lucho volviera al gol y empatara el pleito. Boca siguió presionando y Arsenal con poco arsenal casi ni shoteaba sobre el arco del pato, salvo por algún que otro perdigón perdido de Leguizamón. En eso se iba el primer tiempo hasta que Chávez armó una contra encontrando a Mouche, solo y pegado a la raya. El delantero envió un centro preciso y a media altura para que el Pochi, en la puerta del área chica, terminara en la red aquello que él mismo había empezado: 2 a 1 y a los vestuarios.
En la segunda mitad, Boca laburó y justificó la ventaja conseguida: Un tiro libre de Román uhhhhh, definición cruzada besando el palo de Gaitan uhhhhh y, sobre todo, pocas preocupaciones en defensa. El abanderado del triunfo xeneize fue Cristian Chávez y el actor intelectual Juan Román Riquelme.
Chávez se puso el overol: luchó, defendió, jugó y hasta marcó un gol. Riquelme, en cambio, no pesó en el desarrollo del partido y hasta malogró un penal pero su sola presencia en el tablero de juego le dió la confianza y seguridad que el resto del equipo necesitaba. Román absorbió la presión y Boca jugó, con algunos momentos de buen fútbol y muchos otros de sangre, sudor y oficio.
El domingo le sonrió al xeneize. No de manera amplia y relajada pero le sonrió. Volvió Paletta, Lucho la metió, regresó Riquelme y Boca ganó. Hacía rato que no le sonreía un domingo al xeneize ¿¿Quien habrá tenido la culpa??

mARCO hERNANDEZ

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